Así como el aceite facilita el movimiento coordinado del engranaje de las máquinas, el agua actúa de la misma manera en el cuerpo humano. Y como el aceite en las máquinas, el agua es vital para el buen funcionamiento de nuestro organismo, pues ninguna función sería posible sin ella. Esta comparación no es suposición ni literatura romántica, sino un recordatorio para beber todos los días agua natural suficiente y purificada para mantener sana y activa esa gran “máquina” que es nuestro cuerpo; por cierto, el único que tendremos para toda la vida. Afortunadamente, existen repuestos y “mecánicos expertos” para reparar nuestra máquina, pero no equipo completo ni “chasis” para sustituirla.
El agua, como se asegura, es el inicio de la vida de todos los seres. Demostrado está que sin agua ningún ser sobrevive más allá de lo soportable; de ahí que, si el agua es el inicio y la prolongación de la vida, no queda más que cuidarla y hacer buen uso de ella. Sin embargo, a pesar de saber que, sin agua, no hay vida, a nadie parece importarle si todavía hay suficiente y confiable para el consumo humano; al parecer, muchos creen que al agua para beber no le pasa nada y es inagotable. Lamentablemente, erróneamente se cree que, con comprar y consumir agua embotellada, el problema está resuelto. ¡Craso error! Leer más
Fuente: El Universal